domingo, 19 de diciembre de 2010

Otra reunión de amigos

En diciembre nos reunimos otra vez con amigos: Daniela Romero,"Naranjo en flor", con propuestas de moda colorida, y Susana Rovegno con vidrio modelado y cerámica.







Y Nudoylana con variada presentación.

Amigos que acompañan y alientan. Gracias.

Temporada de ferias

Llegando fin de año comienza la temporada de ferias varias. Y este año me he vuelto a arriesgar. Pero antes de pasar a las anécdotas, vaya mi más sincera admiración a todos aquellos artesanos que viven de esta actividad y a toda su familia que directamente o indirectamente colaboran con ellos. Es algo por momentos tiránico y azaroso. Un apuesta constante a la esperanza que pone a prueba el temple.
Y como dice alguien querido: yo soy flojita y todo esto es una experiencia movilizadora. Algo para asumir de vez en cuando con las pilas muy cargadas.


Este año pude llegar a inscribirme en la Feria Solidaria de Navidad en el Colegio Manuel Belgrano, evento muy esperado por toda la comunidad escolar y por el barrio de Belgrano. Llegue temprano con las endorfinas hop. Armé mi puesto con sumo cuidado y con mi múltiple y variada producción. Como dice una amiga: "Es como abrir un joyero". Pero así lo complejo de disponer de todo. Luego a ponerse frente al puesto. Sol franco. Pronóstico de probables lluvias que el artesano calladamente prefiere ignorar por esa porfia de la esperanza.







Y llega mi primera clienta y amiga: Lucía. Fue una alegría volver a verla.



Luego algunas ventas, pero a nuestra espaldas comienzan a juntarse las nubes. Y a la una de la tarde, la lluvia irrumpe como invitada indiscreta. A juntar todo rápido que se moja!! Poner todo en un rincón y sentarse a esperar escrutando el cielo buscando algún indicio de algo mejor.


A las seis, para la lluvia y todos acarreando nuestros bultos para armar el puesto y por fin, en una calma noche, mostrar lo nuestro.




Al día siguiente armar nuevamente. Muchas ventas con la satisfacción de los comentarios y la calidez de algunas visitas de amigos: Patricia, Rocío, mi madre, Susana, Marta y como siempre Luisa.




Pero a las tres, otra vez la lluvia!! Y qué lluvia!!

Corridas, empacar, embolsar como se pueda aunque a algunos la esperanza los traiciona y se empapan hasta los tuétanos. Y a esperar. ¿Parará?

Y recién pasadas las siete se descorre la gruesa cortina de agua. A armar para poder mostrar el esfuerzo. Y la voz del organizador que advierte que en zona norte ya soplan fuertes vientos y graniza. Y esta artesana decide juntar lo suyo porque ya no quiere correr.


Esta es la fría crónica de un fin de semana con avatares climáticos. Pero eso no es todo en la vida.

Estar en una feria es recibir el cariño de los amigos y el reconocimiento y aliento de los extraños que frente a lo que ofrecés te brindan una sonrisa. Es ver el esfuerzo de mucha gente talentosa que lucha por mostrar su creatividad y su imaginación. Es admirar la apuesta por la esperanza de que "mañana seguro estará mejor" y, que si no es esta vez, "la próxima nos vemos".

Es un mundo al que vale la pena asomarse para ver que hay otros con los mismos anhelos y proyectos.